El falafel es un plato de Oriente medio pero actualmente se conoce en occidente por los restaurantes especializados en comida oriental y vegetariana. Tipicamente es una croqueta de garbanzos acompañada de salsa de yogur o de tahín. Esta receta pretende conservar la receta original pero en lugar de garbanzos vamos a emplear lentejas, y la vamos a acompañar de una salsa fuerte elaborada con semillas de chía, limón y jengibre.
Empezamos escurriendo bien todo el agua de remojo de las lentejas, deben quedar bien secas. Pelar la cebolla y los ajos y cortarlos en trozos pequeños.
Batir las lentejas, la cebolla y los ajos con el resto de ingredientes con una picadora o batidora potente. Reserva la masa para que vaya cogiendo sabor y consistencia.
Para la elaboración de la salsa, batir las semillas de chía con su agua de remojo y añade el resto de ingredientes, saldrá una salsa con textura como la del yogur líquido. Esta es una salsa sabrosa e intensa, para amantes del jengibre, se puede aflojar poniendo menos jugo de jengibre o no poniendo vinagre.
Con la masa de lentejas haz bolitas pequeñas, una vez hechas rebozarlas en semillas de sésamo apretando bien, este paso es opcional, se pueden dejar sin rebozar en sésamo, pero la verdad que le da un toque vistoso y saben mejor con el crujiente de la semilla.
Preparar una sartén con aceite para freír y una bandeja con papel absorbente para ir dejándolas ahí. Una vez bien caliente el aceite (esto es importante) fríe de poco en poco, unas 5 bolitas por tanda, así el aceite no pierde temperatura y se fríen bien. Deben quedar bien tostaditas por fuera, que se haga una buena capa crujiente. Esto te llevara tiempo unos 15 minutos, pero merece la pena tomarte tu tiempo.
Servir con una ensalada fresca y la salsa en un cuenco donde iremos sumergiendo las bolitas. Con la típica salsa de yogur y limón también quedan muy bien. Buen provecho.
Ingredientes
Instrucciones
Empezamos escurriendo bien todo el agua de remojo de las lentejas, deben quedar bien secas. Pelar la cebolla y los ajos y cortarlos en trozos pequeños.
Batir las lentejas, la cebolla y los ajos con el resto de ingredientes con una picadora o batidora potente. Reserva la masa para que vaya cogiendo sabor y consistencia.
Para la elaboración de la salsa, batir las semillas de chía con su agua de remojo y añade el resto de ingredientes, saldrá una salsa con textura como la del yogur líquido. Esta es una salsa sabrosa e intensa, para amantes del jengibre, se puede aflojar poniendo menos jugo de jengibre o no poniendo vinagre.
Con la masa de lentejas haz bolitas pequeñas, una vez hechas rebozarlas en semillas de sésamo apretando bien, este paso es opcional, se pueden dejar sin rebozar en sésamo, pero la verdad que le da un toque vistoso y saben mejor con el crujiente de la semilla.
Preparar una sartén con aceite para freír y una bandeja con papel absorbente para ir dejándolas ahí. Una vez bien caliente el aceite (esto es importante) fríe de poco en poco, unas 5 bolitas por tanda, así el aceite no pierde temperatura y se fríen bien. Deben quedar bien tostaditas por fuera, que se haga una buena capa crujiente. Esto te llevara tiempo unos 15 minutos, pero merece la pena tomarte tu tiempo.
Servir con una ensalada fresca y la salsa en un cuenco donde iremos sumergiendo las bolitas. Con la típica salsa de yogur y limón también quedan muy bien. Buen provecho.
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