El Gomashio, o sal de sésamo, es un condimento que no debe faltar en tu cocina. Esta receta de origen oriental es un estupendo sazonador que a parte de nutrir nuestros platos te deja un sabor a fruto seco que mejora todas las recetas. Rescatamos esta receta japonesa porque es una de las mejores maneras que existen de salar nuestros platos. La sal al molerse e integrase con el aceite que sueltan las semillas de sésamo, se dice que se vegetaliza, es decir, que es más sencillo para metabolizarlo al mezclarse con el reino vegetal, el aceite. Aquí os dejo las proporciones y mis trucos para preparar el mejor gomashio del mundo.
Empezamos limpiando bien las semillas de sésamo. Todo lo que se vende a granel es bueno pasarlo por el grifo y limpiar posibles impurezas. Para ello con colocarlo en un colador bajo el grifo es suficiente.
Lo secamos o bien con un paño o pasándolo unos minutos por la sartén, sin aceite ninguno.
Empezamos a hacer la sal de sésamo. Para ello elegimos una buena sartén y tostamos primero la sal. Sin aceite. Este paso de tostar la sal no debe descuidarse. Permanece todo el rato en el fuego moviendo suavemente la sartén. Y tu sal estará lista cuando veas que ha pasado de blanca a grisácea. En ese momento es hora de sacarla del fuego.
El siguiente paso es parecido, vamos a tostar el sésamo. En la misma sartén y también sin aceite. Removiendo y sin quitar la vista de encima, porque el sésamo se quema fácilmente. Para saber si tus semillas están lista hay varios trucos, yo uso el del plato, échalas sobre un plato bien seco y devuelve de nuevo las semillas sobre tu sartén, si no se pega ninguna semilla al plato, están tostadas como es debido.
Ahora llega el paso que suelo llamar, de Gimnasio, puesto que te toca moler en un suribachi (mortero para semillas, es un mortero normal pero con dientes), este paso hay gente que lo hace en un molinillo, pero no te lo recomiendo, molerlo de manera natural carga de más energía el condimento y sale mucho más sabroso.
Para moler tomate tu tiempo, siéntate en una silla y muele la sal y el sésamo juntos. Haciendo círculos en el sentido horario si quieres hacerlo más yang, o anti-horario si lo quieres más yin.
Para saber cuando está listo tu gomashio, debes de observar que más o menos el 80% de las semillas están molidas. Es un poco a ojo, pero siempre deja una pequeña parte sin moler. Hace que se conserve mejor. Y es bueno mantener alguna semilla entera, con todas sus partes.
Último truco. En casa para hacer un gomashio de escándalo, le pongo algas tostadas. En este caso he optado por alga nori, pero puedes usar la que más te guste. Unos 5 gr sería suficiente para esta cantidad. Puedes tostarla en el horno o como el gomashio en una sartén sin aceite. Luego hazla polvo y mézclala con el gomashio. Podrías también molerla junto, en el paso 5.
Listo, vas a tener el mejor gomashio que has probado nunca. La proporción de esta receta es 1 a 20 de sal/sésamo. Puedes hacerla más yang aumentando la sal, o al revés, más yin aumentando el sésamo. Para empezar esta proporción está muy bien y sale deliciosa.
Ingredientes
Instrucciones
Empezamos limpiando bien las semillas de sésamo. Todo lo que se vende a granel es bueno pasarlo por el grifo y limpiar posibles impurezas. Para ello con colocarlo en un colador bajo el grifo es suficiente.
Lo secamos o bien con un paño o pasándolo unos minutos por la sartén, sin aceite ninguno.
Empezamos a hacer la sal de sésamo. Para ello elegimos una buena sartén y tostamos primero la sal. Sin aceite. Este paso de tostar la sal no debe descuidarse. Permanece todo el rato en el fuego moviendo suavemente la sartén. Y tu sal estará lista cuando veas que ha pasado de blanca a grisácea. En ese momento es hora de sacarla del fuego.
El siguiente paso es parecido, vamos a tostar el sésamo. En la misma sartén y también sin aceite. Removiendo y sin quitar la vista de encima, porque el sésamo se quema fácilmente. Para saber si tus semillas están lista hay varios trucos, yo uso el del plato, échalas sobre un plato bien seco y devuelve de nuevo las semillas sobre tu sartén, si no se pega ninguna semilla al plato, están tostadas como es debido.
Ahora llega el paso que suelo llamar, de Gimnasio, puesto que te toca moler en un suribachi (mortero para semillas, es un mortero normal pero con dientes), este paso hay gente que lo hace en un molinillo, pero no te lo recomiendo, molerlo de manera natural carga de más energía el condimento y sale mucho más sabroso.
Para moler tomate tu tiempo, siéntate en una silla y muele la sal y el sésamo juntos. Haciendo círculos en el sentido horario si quieres hacerlo más yang, o anti-horario si lo quieres más yin.
Para saber cuando está listo tu gomashio, debes de observar que más o menos el 80% de las semillas están molidas. Es un poco a ojo, pero siempre deja una pequeña parte sin moler. Hace que se conserve mejor. Y es bueno mantener alguna semilla entera, con todas sus partes.
Último truco. En casa para hacer un gomashio de escándalo, le pongo algas tostadas. En este caso he optado por alga nori, pero puedes usar la que más te guste. Unos 5 gr sería suficiente para esta cantidad. Puedes tostarla en el horno o como el gomashio en una sartén sin aceite. Luego hazla polvo y mézclala con el gomashio. Podrías también molerla junto, en el paso 5.
Listo, vas a tener el mejor gomashio que has probado nunca. La proporción de esta receta es 1 a 20 de sal/sésamo. Puedes hacerla más yang aumentando la sal, o al revés, más yin aumentando el sésamo. Para empezar esta proporción está muy bien y sale deliciosa.
Sila gracias por esta receta! muy fácil de preparar y riquísimo.
Me alegro de que te haya servido y mil gracias por el comentario. Un abrazooooo