Un postre sencillo y muy saludable
Empezamos pelando la fruta. Si optas por fruta ecológica, puedes hacerla con la piel. En la piel se absorben la mayoría de pesticidas y herbicidas que añaden en la agroquímica, así que siempre pelarla si no es ecológica.
Troceamos la fruta en gajos medianos.
En una cazuela mediana poner la fruta, una pizca de sal, la canela y el jengibre. Cocinar a fuego fuerte 5 minutos. El tema de la sal es para sacar el dulce natural de la fruta, solo añade una pizca, y así la fruta va soltando sus azúcares naturales, conseguirás así una compota super dulce pero sin azúcar, dulce natural.
Cuando ya tengas la fruta blandita está lista para batir. Mientras utilizas la batidora, puedes cantar algo que te guste, el canto disipa las ondas electromagnéticas generadas por la batidora eléctrica... creas o no en esto, aprovecha para cantar y disfrutar gritando, porque puede ser que con el ruido ¡no te escuchen las o los vecinos!
Solamente falta tostar las nueces, para ello ponlas en una sartén pequeña y saltéalas sin aceite, mueve la sartén continuamente para que no se te quemen, cuando las veas doradas ya están listas. También puedes rayar un poco de chocolate negro, esto es opcional pero le da un toque fino si quieres que sea un postre... porque también puede ser un desayuno ideal o una merienda cuando te apetezca un dulce.
Reparte la compota en cuencos pequeños, añade las nueces troceada y tostadas y unas virutas de chocolate. Y ya tienes una receta multiusos, como merienda, postre o relleno de un crep.
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